Puteros es un libro que no deja indiferente. Beatriz Ranea Triviño se adentra con rigor, valentía y mirada crítica en un tema espinoso y muchas veces invisibilizado: el papel del hombre en el sistema prostitucional. Y lo hace desmontando silencios, incomodando desde la honestidad intelectual, y dejando una pregunta incómoda flotando en el aire: ¿por qué seguimos mirando hacia otro lado?
Lejos de enfocarse únicamente en las mujeres que están dentro del sistema, la autora coloca la lupa donde raras veces se pone: en los consumidores. En los hombres. En sus discursos, sus justificaciones, su poder. A través de testimonios, análisis y una profunda reflexión sociológica, Ranea Triviño expone cómo la prostitución no es solo un hecho aislado, sino una manifestación directa de una masculinidad hegemónica que legitima la desigualdad y la violencia sexual como parte del “derecho” masculino.
Lo impactante del libro es cómo equilibra el tono académico con una voz clara y comprometida. No se trata solo de datos o teorías, sino de una narración que interpela, que confronta. La autora no se esconde: toma postura, argumenta con fuerza, y al mismo tiempo deja espacio para que el lector piense, cuestione y se sienta sacudido.
Puteros no es una lectura cómoda. Pero ahí está su potencia. Porque obliga a mirar de frente un sistema sostenido por una normalidad aprendida, y porque pone sobre la mesa lo que muchas veces se evita: que sin demanda, no hay industria. Que el cuerpo de la mujer, en este contexto, no es libertad, sino mercado.
En resumen, este libro es una denuncia bien construida, una investigación necesaria y, sobre todo, una invitación urgente a repensar la masculinidad, el deseo y el poder. Un texto clave para entender el sistema prostitucional desde la raíz que lo sostiene.
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