Doom, de Regine Abel, es una novela que combina lo salvaje de la ciencia ficción con la intensidad emocional de una historia de amor improbable. Es una obra que se adentra sin pudor en territorios de romance alienígena, y lo hace con una convicción tan firme que consigue que lo extraño se vuelva íntimo y lo inhumano profundamente humano.
Desde el primer encuentro entre la protagonista humana y Doom —el imponente y temido guerrero de otra especie— la autora construye una tensión emocional y física que sostiene toda la novela. Pero lo que podría haberse quedado en una fantasía superficial se convierte, poco a poco, en una exploración de los vínculos que se forjan en los márgenes de lo conocido: el deseo, el miedo, la aceptación, la lucha por encontrar un lugar en un mundo hostil.
Regine Abel sabe lo que hace: escribe con un estilo directo, lleno de ritmo, sin perder nunca de vista lo esencial. Sus descripciones crean un universo convincente, donde lo alienígena no es solo estética, sino parte de una cultura viva, con normas, historia y heridas. Doom no es solo una criatura exótica; es un personaje complejo, marcado por el deber, el dolor y la desconfianza. Verlo evolucionar junto a la protagonista es uno de los grandes placeres del libro.
Aunque claramente escrito para fans del romance fantástico, Doom también ofrece acción, dilemas morales y un mensaje profundo sobre lo que significa ser visto y aceptado en tu totalidad, más allá de la especie o del pasado. Es una historia que apela a la parte más emocional del lector, sin pedir disculpas por ello.
En resumen, Doom es una lectura apasionada, imaginativa y sorprendentemente conmovedora. Perfecta para quienes buscan algo diferente, que mezcle el calor del romance con la vastedad de lo desconocido. Un viaje a otro mundo... donde los sentimientos son tan intensos como cualquier batalla.
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