Vas a ser eterno es una historia que no teme mirar de frente al dolor, al amor que duele, y a esas emociones que se nos clavan en el pecho y se quedan mucho después de que alguien se va. Anny Peterson escribe con una sensibilidad afilada, como si cada palabra fuera una cicatriz abierta, pero también una forma de sanar lo que no se puede decir en voz alta.
Este libro no es solo una historia de amor: es un recorrido por la pérdida, la memoria y la imposibilidad de olvidar. Lo eterno no se presenta como algo mágico o idealizado, sino como una carga emocional, como una promesa que sigue palpitando incluso cuando todo parece haber terminado. La autora consigue capturar con crudeza y belleza ese instante en el que el amor deja de ser presencia y se convierte en eco.
La voz narrativa es cercana, casi confesional, como si le hablara directamente al lector desde una habitación en penumbra. Hay momentos de ternura y luz, pero la mayor parte del tiempo la historia se mueve en un terreno melancólico, donde cada gesto, cada recuerdo, cada silencio pesa como si tuviera nombre propio. Y lo tiene.
Lo más impactante de Vas a ser eterno es que no intenta edulcorar el sufrimiento ni ofrecer soluciones fáciles. No hay finales completamente felices ni cierres perfectos, porque asà funciona la vida cuando se ama de verdad: con grietas, con preguntas sin respuesta, con esa sensación de que algo nos va a acompañar para siempre, aunque ya no esté.
Es un libro que se lee con el corazón en la garganta. Que duele, sÃ, pero de ese modo hermoso en que solo duele lo verdadero. Una lectura breve pero profunda, que habla de lo irreparable, de lo que nos cambia para siempre, y de cómo, incluso desde la ausencia, alguien puede seguir habitándonos. Eternamente.
Apóyanos para conseguir mas libros, dona un Cafecito
(Mercadopago es solo para Argentina)
0 Comentarios