Los genios es una novela que arde con el fuego de la irreverencia, el talento literario y la venganza disfrazada de homenaje. Jaime Bayly se atreve a hacer lo que pocos: entrar sin permiso en la vida de dos colosos de la literatura —Mario Vargas Llosa y Gabriel GarcÃa Márquez— para imaginar, con una mezcla explosiva de ingenio y osadÃa, lo que realmente ocurrió detrás del famoso puñetazo que rompió su amistad.
Bayly no pretende ser objetivo ni imparcial. Desde el inicio, es evidente que esta es una obra escrita con una clara intención provocadora. Pero lo brillante —y lo peligroso— es que la provocación no se queda en lo superficial: se alimenta de un retrato literario que combina admiración con mordacidad. El resultado es una novela que fluye como un chisme de alto nivel, pero también como una exploración del ego, la traición y los caprichos de la gloria.
Los personajes —ficcionalizados, pero reconocibles— están descritos con un pulso narrativo afilado. Bayly desnuda sus grandezas y miserias con la misma soltura, dejando al lector en un terreno incómodo, porque los genios también pueden ser mezquinos, frágiles, violentos o crueles. Y ahà está, tal vez, la propuesta más interesante de la novela: que la genialidad no siempre va de la mano con la virtud.
Escrita con ritmo ágil, diálogos afilados y una ironÃa que a ratos roza la burla, Los genios no se limita a contar una anécdota del pasado. Lo que hace, en el fondo, es poner en cuestión la construcción del mito, las guerras de egos que se libran en el mundo literario y la necesidad —muy humana— de que nuestros Ãdolos sean algo más que solo talento.
Esta no es una novela que busque complacer. Es una bomba elegante, escrita con malicia y amor, que obliga al lector a preguntarse cuánto hay de verdad en lo que cree saber y cuánto disfruta cuando alguien se atreve a decir lo que todos piensan, pero nadie se anima a escribir.
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