Manderley en venta y otros cuentos es un catálogo exquisito de lo insólito, lo inquietante y lo poéticamente retorcido. Patricia Esteban Erlés domina con maestría el arte del cuento breve, ese género que exige precisión quirúrgica, ritmo exacto y una capacidad de sugestión que va más allá de lo narrado. Y ella lo consigue con una voz que combina el humor negro, el surrealismo y una sensibilidad que transforma lo cotidiano en escenario de lo extraño.
Cada relato del libro es una pequeña bomba de relojería: aparentemente inocente, pero cargada de símbolos, guiños literarios y finales que resuenan mucho después de cerrar la página. Desde casas encantadas y muñecas vengativas hasta mujeres que guardan secretos en su piel, el universo de Esteban Erlés está poblado por lo maravilloso y lo macabro, por personajes que caminan al borde del delirio sin perder nunca cierta elegancia melancólica.
El título, Manderley en venta, ya anuncia ese juego con la literatura clásica y los mundos heredados. Aquí hay ecos de Rebecca, de cuentos góticos, de viejas películas de terror, pero todo reescrito desde una mirada femenina, moderna y cargada de ironía. Los relatos se sienten como una mezcla entre cuento de hadas oscuro y crónica emocional, donde lo fantástico no es una vía de escape, sino una manera de exponer lo que muchas veces se calla.
Esteban Erlés no necesita muchas páginas para construir atmósferas envolventes. Con un par de frases, ya estamos atrapados en habitaciones polvorientas, cenas incómodas o mentes que se agrietan. Y lo hace con una prosa que sabe ser bella sin ser blanda, afilada sin perder lirismo.
Este libro no se lee de una sentada, aunque sea breve. Se saborea, se digiere con calma, porque cada cuento deja una sensación distinta: a veces desconcierto, a veces risa amarga, a veces una ternura extraña. Manderley en venta y otros cuentos es una joya para amantes del cuento bien hecho, del terror sutil y de esa literatura que se atreve a mirar debajo de la alfombra.
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